Primeras palabras

Valparaíso, 27 de julio 2021.

Lloré cuando sonó Tajabone y Manuela se encontró con la Agrado, es la primera peli que vi de Almodóvar, en la casa del tío Miguel, invierno del 2012 a 2013 en Canadá. Todavía no daba ni mi primer beso, tenía muchas dudas sobre mi sexualidad y una cama de dos plazas en la pieza de visitas donde podía leer hasta tarde, ver pelis y meterme a Tumblr.

Mis dos grandes referentes musicales de ese entonces vivían allá: Coeur de Pirate (la Andrea me contó que le hicieron unas fotos pilucha antes de ser famosa) y Arcade Fire (el bajista era vecino de la Andrea), pero no pasó na.

Me topé con Jake Bass en una plaza hasta arriba de nieve. Se veía menudito con unos skinny jeans, como dice la tía Ángela, y una chaqueta negra con el capuchón peludo. Me dio vergüenza pedirle una foto, mi tía me habría preguntado quién era. Igual no soy fan de Jake Bass, pero me causó ilusión verlo.

Ya son las doce, se acabó el primer día del año en el calendario maya, o el segundo día sin tiempo, no sé en verdad.

Antes de ayer fue el día fuera del tiempo. Terminé de ordenar la pieza y ayer fui al cine solo. Me compré un pastel de $1890 en el Stefany, bien chiquito, de frambuesa (cara la weá). Ritual añadido. Estaba súper rico, nada que decir. Me gusta más frambueza con z.

No sé cuándo elegí la escritura como el camino. Ahora, y la primera vez que vi la peli, me identifiqué con el hijo de la Manuela. Una pinta de posible maricón, lindo, pretencioso, picado a intelectual, que cree que escribir es lo más importante. Ya no me creo intelectual, pero estoy weno, trabajando las pasiones, pa no morir igual que él.



Comentarios

  1. Esa también fue la primera película que vi de Almodóvar, hace algunos años atrás. También era mi primera vez viajando en avión, y si bien no me gusta ver películas si no es en mi habitación o en el cine, me acuerdo que siempre había querido ver Todo sobre mi madre, y cuando me di cuenta de que estaba en el catálogo de pelis del avión, dije why not. ¡Qué película más hermosa! Después de verla, me fui pensando en ella durante todas las muchas horas que duró el viaje, viéndola otra vez a ratos, a escenas, a dormidas, entre sueños.

    Veámonos un día, y nos comemos unas frambuezas con z, escuchando Tabajone.

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